ESCUCHANOS DESDE TU PLATAFORMA PREFERIDA




Crónica Metaldays 2017: Buen rollo y buen metal



Han pasado 5 ediciones desde que el festival Metalcamp en Tolmin, Eslovenia, cambió de nombre a Metaldays. Debido a que una nueva productora se hizo cargo del evento, y para celebrar éste acontecimiento, a la audiencia se le ofreció un cartel que incluyó reconocidas bandas de la escena actual, oldschool y emergente. Para éstas últimas, se agregó el “New Forces Stage”, una de las novedades de Metaldays  2017.

Nuestra experiencia comenzó en Ljubljana el 23 de julio, donde nos juntamos Carlos, Daniela, Claudio, Eduardo y yo para tomar el tren desde la capital eslovena hasta Most Na Soci, pueblo que en el cual se encuentra la estación de trenes más cercana a los campos donde se realiza Metaldays. El trayecto Ljubljana – Most na Soci se realiza con casi nula frecuencia durante el día, esta situación nos obligó a sacrificar horas de sueño con el fin de abordar el primer tren que sale a eso de las 7:00 AM, sumado a esto, temprano por la mañana sufríamos una resaca infernal producto del desmadre de despedida de Ljubljana la noche anterior, pero la motivación de decir presentes en el festival metalero más pintoresco de Europa fue superior y logramos llegar a Most Na Soci con vida y algo descansados tras dormir algunos instantes en las incómodas butacas del tren.

Ya en Most Na Soci, el paisaje en el cual nos internábamos nos decía: ¡Hey muchachos! ya falta poco para alcanzar el principal objetivo, así que abordamos el bus que nos esperaba afuera de la estación de trenes que nos dejaría en el terminal de Tolmin, lugar más cercano al festival al que se puede llegar usando el transporte público. La distancia entre el Terminal de Tolmin y la entrada al festival parece lejana y sumado al peso de las mochilas en nuestras espaldas, se hubiese convertido en un gran desafío si el camino no estivera en bajada.

Ya obtenidas las pulseras en la entrada del recinto, procedemos a instalar nuestras carpas. Habíamos acordado con nuestro amigo Federico la reserva de lugares al lado de donde él estaba establecido, pero al localizar su carpa, él no se encontraba y fue imposible establecernos ya que estaba todo ocupado o reservado por sus vecinos, con haber llegado unos días antes hubiesemos estado juntos. 

Dado ésto, encontramos algunos lugares a unos cuantos metros alejados de nuestro amigo pero en buena ubicación de todas formas, con duchas, baños y los escenarios solo a unos cuantos pasos.
El camping con sus carpas ya estaba establecido, así que decidimos ir al supermercado del pueblo a comprar implementos faltantes, algo de comida y cervezas, lo que se repetiría los días restantes de festival para ahorrarnos algunos euros. Con bienes básicos de supervivencia ya adquiridos decidimos matar el tiempo hasta la noche en el sector de playa, donde ya podíamos presenciar el ambiente de felicidad que caracteriza Metaldays, principalmente gente luciendo sus trajes de baño y aventureros atreviéndose a explorar en sus flotadores (con formas inimaginables) los gélidos ríos Tolminska y Soca.

Habiéndose escondido el sol ya por completo, se nos uniría el resto de los integrantes del grupo: Felipe de Brasil, su novia Marcela, Oscar, Cathy, Gustavo y Alejandro. Este último demonio tomó la vía equivocada de ingreso al sector de camping, así que tuvimos que indicarle que se dirigiera al lugar exacto donde obtuvo su pulsera para rescatarlo, lo que fue exitoso gracias a que algunos de los del grupo habían adquirido SIM Cards europeas para sus smarthphones. Reunido todo el grupo me llega la tranquilidad por completo, ya que mi principal preocupación previo estando a miles de kilómetros de casa era la dificultad de reunir a todo el grupo teniendo escasas posibilidades de estar comunicados.

¡Ya estamos todos! Oí por ahí que en la noche se arma un mambo de magnitudes bíblicas en el sector de playa, ¿Vamos? - ¡Vamos! - respondieron entusiasmadamente los compañeros de grupo con el fin de escaparse de la rutina diaria a la cual están sometidos el resto del año. - ¿Que nos ofrecía la fiesta en la playa durante las noches después de los conciertos? Principalmente un DJ presionando play a tracks de distintos estilos hasta el amanecer y bellas mujeres danzando de forma exótica y quitándose la ropa (esto lo vi todos los días, no me lo contaron, debo ser sincero).

Así termina el día 0 de nuestra experiencia, nos fuimos a dormir alrededor de las 5:00 AM con tal de descansar algo, ya que la semana se vendría del terror, lo cual pasamos a revisar día a día.


Primer día.
El lunes, una fuerte tormenta nos despertaba a eso de las 8:00 AM, la cual nos hizo creer que derrumbaría nuestras carpas, lo cual no sucedió dado que las armamos correctamente para que ni Godzilla las destruyera. Ya finalizado este pequeño escupitajo, procederíamos a levantarnos, asearnos y revisar lo que Metaldays nos ofrecía para el día, con algunos puntos en contra: La cancelación de Xandria por problemas de salud de Dianne van Giersbergen, triste para quienes disfrutan el estilo musical de la agrupación, triste para quienes queríamos presenciar con nuestros propios ojos la belleza de aquella dama.

Tras las cervezas de rigor, el saludar a viejos amigos y el paseo diario por la playa me dirijo al escenario secundario a ver el show The Crawling, el trío británico de doom con toques de death que me mantuvieron concentrado durante media hora con canciones de su LP Anatomy of Loss lanzado el pasado abril de éste año, sólida presentación.

Con pronóstico de una nueva tormenta, la cual amenazaba postergar y en casos extremos el cancelar algunos shows, el siguiente objetivo era ver a Dool, banda de los Países Bajos que nace de los restos de The Devil’s blood,  su set estaba presupuestado para durar 40 minutos, pero este se detuvo a la media hora cuando tocaban Oweynagat, uno de los singles de su primer trabajo “Here now, here then”. El agua caía a baldazos y repentinamente su cantante y guitarrista Ryanne van Dorst hace señas al resto de la banda indicando que no pueden seguir, hasta aquí llegaron mis ganas de ver a Dool (o los restos de The Devil’s Blood), espero tener la posibilidad de verlos pronto de nuevo.

A las 18:05, estaba agendada la presentación de Lost Society, banda speed thrash la cual tenía muchas ganas de ver, pero debido a la tempestad tuvo que cancelarse, lamentable ya que tuve la posibilidad de compartir con sus integrantes unas horas antes y se veían muy entusiasmados por tocar y volar cabezas con su música.

Tras la desilusión de Lost Society, era el turno de ver a Iced Earth quienes presentaron principalmente canciones de sus placas “The Dark Saga”, “Something Wicked This Way Comes” e “Incorruptible”, su último trabajo. Destaco la labor vocal de Stu Block, quien está en la banda desde el 2011 e impresionó con su técnica. Me hubiese encantado ver su show completo, sólo los vi una media hora porque no podía perderme a los japoneses de Loudness, a quienes reprogramaron su presentación. 

Originalmente tocarían en el escenario principal, pero debido a la tormenta los movieron al escenario secundario un poco más tarde. Con su hit “Crazy Nights”, Loudness detonó la fiesta ochentera en un ambiente de felicidad y camaradería, agradezco a la tormenta que haya movido el show al ambiente más íntimo del escenario secundario, fue una fiesta muy entretenida que superó mis expectativas.

Por ahí por noviembre o diciembre del año pasado (no recuerdo con exactitud), Marilyn Manson se anunció como uno de los principales headliners de la edición 2017 de Metaldays. Nosotros teníamos poco interés en presenciar este show ya que no esperábamos mucho y no nos equivocamos. Teníamos una ventana de tiempo para ver algo de su show y dijimos, a lo mejor nuestra opinión cambia, pero no fue así. Nos instalamos en la colina pero todos concordamos con lo aburrido del show y el casi nulo ánimo que el personaje demostró sobre el escenario principal.

Pasada una media hora después, comenzaba la misa oscura de Batushka, mi plato fuerte del día y uno de los motivos por los que asistía a Metaldays por segunda vez. Batushka es una banda polaca de enmascarados que tocan Black Metal Atmosférico y que su temática se basa en letanías del rito religioso ortodoxo. Con un show basado en “Litourgiya”, su único full-lenght a la fecha. Los polacos trajeron una oscuridad sobrecogedora al pacífico escenario secundario de Metaldays. Sin duda, lo mejor del primer día del festival, y hasta me atrevería a decir que del festival completo.

Terminando el primer día de conciertos, “Demolition Man”, “Mantas” y “Abaddon” bajo el nombre de Venom Inc, traían la NWOBHM a Metaldays. Bajo éste nombre, los de Newcastle han sacado sólo el disco “Avé”, del cual solo en el show escuchamos “Ave Satanas”. ¿El resto? Clásicos como “Welcome to Hell”, “Black Metal”, “Countess Bathory”, “Don't Burn the Witch”, por nombrar algunos. Sólida presentación que disfrutamos un montón con los de nuestro grupo de endemoniados.

Segundo Día

Martes, que no era 13 pero se iniciaba con malas noticias para quienes ansiaban ver a los barbudos y melenudos alemanes de Kadavar. ¿Qué pasó? Aquel día nacía el hijo de Tiger, baterísta de la banda, así que tuvieron que cancelar el show.

El día de conciertos, y tras disfrutar algo de las bondades de la playa como el volleyball en topless y en sungas (dependiendo de la orientación sexual del individuo), comenzaba con el speed metal de Evil Invaders, unos belgas de los cuales supe por allá en el 2013 y que iban a participar en el Wacken Metal Battle de aquel año, certamen del cual fueron descalificados porque firmaron contrato con Napalm Records (uno de los requisitos de la competencia es ser completamente independientes pero ese asunto es pasado). Desde aquel año, Evil Invaders ha sacado 2 LP y 2 EP, los cuales sirvieron en Metaldays para que la audiencia se inspirara para realizar actos de locura como moshpits, crowdsurfing y hasta walls of death gracias a veloces canciones como "Mental Penitenciary", "Raising Hell", "Victim of Sacrifice" y "Fast, Loud 'n' Rude".

Krisiun habría sido el próximo acto a presenciar si una violenta tormenta no hubiese aparecido. En aquel momento nos encontrábamos en el camping compartiendo con el resto del grupo. No teníamos techo donde protegernos del agua pero amablemente unos vecinos franceses nos ofrecieron ir a su lugar a cambio de buena onda y algunas botellas Jaegermeister. Mientras nos protegiamos de la lluvia, nos enterabamos que Krisiun ocuparía el lugar de Kadavar tras su cancelación, lo que encuentro que fue para mejor porque diablos! que me gusta el escenario secundario.

La tormenta del día martes causó también que los estadounidenses de Sanctuary redujieran su set, a unos 30 minutos, en el cual lograron presentar de todas formas canciones de sus discos  "The Year the Sun Died", "Into the Mirror Black" y "Refuge Denied". Mis respetos a la banda que perfectamente podrían haber cancelado el show en su totalidad, lo cual no sucedió.

Al llegar la noche, unos aseguraban lugar en primera fila para ver a Amon Amarth y a mi me interesaba ver shows que en un futuro tendré casi nulas posibilidades de volver a ver, menos en Chile. Asi que me separo del grupo para ir a esperar a otros polacos enmascarados llamados Mgla (lo que significa niebla en español), quienes nos inyectaron una dosis black metal muy bien pulido principalmente con canciones de su disco “Exercises in Futility” del 2015. Gran show de los polacos, otro de los puntos altos del festival.

Finaliza el show de Mgla e inmediatamente me dirijo al escenario principal donde Amon Amarth ya se encontraba tocando “The pursuit of vikings”, pegajoso track del disco “Fate of Norns” con el cual últimamente abren sus presentaciones. No quedé bien ubicado, dado que prioricé el show anterior y el sector estaba colmado de gente, lo cual no fue impedimento para disfrutar hasta el fin los singles del Jomsviking, los respectivos clásicos más el despliegue escénico que no acostumbramos a ver en Chile o en shows de menor convocatoria, lo que incorporaba la batería sobre un casco con cuernos, representación de combate vikingo con espadas, el martillo en “Twilight of the Thunder God” y la pirotecnia usual de eventos donde son plato principal. Mas que feliz con presenciar un show de aquellas caracteristicas.

Como lo mencioné anteriormente Krisiun ocuparía el lugar de Kadavar tras su cancelación, que a su vez era el cierre del día martes en Metaldays. Los brasileños impresionaron a los que en aquel momento se encontraban en el escenario secundario con su Death Metal ejecutado a la perfección e inspirando a la gente a volverse loca, no por nada han ganado respeto en muchos rincones del globo. Sumado a la experiencia de disfrutar al máximo la presentación de Krisiun, me encontraría con Fernanda Lira y Prika Amaral, integrantes de la banda Nervosa también de Brasil a quienes los mismos Krisiun invitaron al festival. Esta vez las chicas se encontraban disfrutando el show de sus compatriotas como unas más del público, muy grato saludarlas y compartir en el mismo moshpit con ellas.

Tercer día

A diferencia de los días anteriores nos levantábamos sin noticias de cancelaciones de bandas ni de mal clima, buen augurio para lo que sería el resto del festival. Así que nos encaminamos a ver nuestro primer show del día, Crisix. Gracias a los catalanes, el intento de abrir un portal al infierno a través del ritual del moshpit se estaba tornando en costumbre al menos 1, 2, 3, hasta 666 veces por día, todo esto inspirado por su thrash metal con riffs a la velocidad de la luz. El set de Crisix estuvo compuesto por canciones de sus tres trabajos: "The Menace", "Rise...Then Rest" y "From Blue to Black", lo que finalizó con los integrantes de la banda desplegando su talento al medio del moshpit esperando a ser absorbidos al inframundo.

Llegaban las 18:00 y era el turno de rendirle tributo a uno de los grandes placeres de la vida el día a día, ir al baño y sentarse como rey en su trono. Los encargados de éste ritual fueron los checos de Gutalax, que con su Goregrind, los no entendidos, durante su presentación solo escucharon una especie de matadero de cerdos, pero éstos fueron minoría, ya que la audiencia transformó todo en una verdadera fiesta inspirada en ir al baño, muchos colores, rollos de papel higiénico, cepillos y hasta un excusado surfeando entre el público formaron parte de este bizarro ritual. Finalizado ésto y tras una pausa de alrededor de una hora, el thrash metal de los norteamericanos de Warbringer nuevamente inspiraba moshpits en la pista del escenario secundario. Entretenido el show de la banda, que no vimos por completo ya que también queríamos estar en el show de Abbath que estaba tocando casi al mismo tiempo en el escenario principal.  Lo bueno o malo que haya estado su show, pasa  a segundo plano tras presenciar el momento más chistoso protagonizado por un artista durante el festival, el extrovertido personaje noruego dirigiéndose a la cima de la colina al costado del escenario para después descender usando una variante de su ya famoso pasito del cangrejo. Al ejecutar esta última maniobra, el personaje al parecer no consideró lo irregular del terreno, sumado a que su vestimenta no era la más apropiada, lo que concluyó en un porrazo de magnitudes bíblicas que sacó risas por toneladas a la audiencia, y posteriormente hasta GIFs y memes en redes sociales.

Luego, la descarga de heavy metal oldschool estuvo a cargo de los alemanes Grave Digger, quienes lograron llenar el escenario secundario hasta su parte posterior. Grandioso show en una atmósfera de cercanía con la banda que estuvo compuesto por clásicos como “Lionheart”, “Excalibur”, “Rebellion (The Clans Are Marching)” y “Heavy Metal Breakdown”.


Finaliza el show de Grave Digger y una de sus compatriotas se tomaba el sector principal, estamos hablando de la Metal Queen Doro Pesch, quien con su encanto y simpatía acostumbra a ganarse al público donde quiera que vaya. Nos perdimos un poquito del inicio de su show debido al trayecto entre un escenario y otro, logramos alcanzar a escuchar algo de su primera canción “Raise Your Fist in the Air” hasta el fin del show que estuvo marcado por varios covers de Warlock, incluido “Without you”, momento que sacó lágrimas a la audiencia tras dedicarla a Ronnie James Dio y Lemmy Kilmister, quienes en vida fueron grandes amigos de la ídola.

Cuarto Día

Nuestro grupo concordó que éste día la parrilla de bandas era el más flojo que el resto de la semana, así que acordamos levantarnos temprano con el fin de recorrer los atractivos alrededores de Tolmin. Tolminska Korita fue el objetivo principal, el cual, en un principio podíamos alcanzar gracias a un shuttle que salía con frecuencia de una hora y a unos pasos de la entrada al festival. Pensábamos que éste shuttle era un bus para a lo menos 40 personas, pero lo que llegó fue una van para a lo más 16 personas, la cual fue ocupada por los los que lograron avivarse y subir, qué decepción. Hicimos el trayecto caminando, que en su mitad incluye un Cementerio Militar Austro - Húngaro. Ya en la entrada a la atracción, donde cobran una pequeña entrada nos entregan un mapa para recorrer el lugar. Aquí exploramos parte del río Tolminska donde sus aguas se integran con grandes paredes de Roca, hermoso paisaje recomendado 666 % y actividad obligatoria para quienes asisten a Metaldays.

Ya de vuelta al área del festival, la jornada de conciertos comenzaría con Angelus Apatrida confirmando que en la península ibérica sí que saben hacer thrash metal, más que correcta presentación de éstos endemoniados. Habiendo ya participado de la masacre de Angelus Apatrida, nos entraríamos de la cancelación de los británicos Architects,  la última mala noticia del festival en especial para los fans del metalcore.

La NWOBHM nuevamente se tomaría el escenario secundario gracias a los veteranos Raven. Aquí quiero destacar el cómo ayudó al espectáculo el que John Gallaguer (bajista y vocalista de la banda) utilice un micrófono manos libres, el cual le permite utilizar su expresión corporal a la par con el resto de la banda y transmitir todo lo que disfrutan durante el show a la audiencia con un set armado principalmente a partir de sus tres primeros larga duración "All for One", "Rock Until You Drop" y "Wiped Out".

Siendo aproximadamente las 21:00, nos dirigimos apresuradamente al escenario principal ya que había comenzado el show de Blues Pills, banda inspirada en la psicodelia setentera con claras influencias de Janis Joplin, Jimmy Hendrix y Black Sabbath. Este estilo está en auge y la banda originalmente de Suecia se lo toma en serio, músicos con atuendos característicos del primer Woodstock del 1969 y una Elin Larsson interpretando su set y comiéndose todo el escenario a pies descalzos. 

Llegaría el turno de uno de los headliners del festival, Opeth, y en la colina del sector principal de conciertos ya se hacía notar la  entrega física y de alma al festival por parte de algunos humanos cuyos cuerpos descansaban caídos en el suelo. La presentación de los suecos se vio opacada por una interrupción de unos 30 minutos por problemas técnicos, decidimos no terminar de verlos ya que en el escenario secundario nos esperaba nuestro último objetivo de la jornada.

Solstafir era el encargado de cerrar el día inspirando desolación, frialdad y depresión en un ya establecido Metaldays con clima veraniego. Con canciones de sus álbumes "Köld", "Berdreyminn", "Ótta" y "Svartir sandar", los islandeses supieron cómo calmar las revoluciones tras varios días de insanos headbanging y moshpits, nuestros cuerpos lo agradecieron.

Quinto Día

Último día de conciertos  y seleccionaríamos las bandas precisas para cerrar esta épica experiencia, con el fin de dejar tiempo para empacar algunas cosas y no andar apresurados el día de abandono del festival. Esto comenzaba con Hell en el escenario principal, banda británica en la que participa el reconocido productor Andy Sneap, y que tras interpretar algunas canciones agradecen a la banda Katana por facilitarles sus instrumentos ya que la aerolínea perdió los suyos. Este traspié no jugó en contra para que la banda desplegara su sólido e histriónico show, hasta con un David Bower flagelando su propia espalda con un látigo. Se agradece los huevos que pusieron, el talento y el no dejar botado el show.

La soleada tarde en el escenario principal continuaría con los suecos de Grand Magus, show de Heavy/Doom metal que si bien poca gente estaba presenciando estuvo a la altura de las grandes ligas gracias a éxitos de la talla de “Varangian”, “Steel Versus Steel”, “Iron Will” y “Hammer of the North”, con la cual usualmente cierran y hacen a la audiencia seguir su pegajoso coro.

En el escenario secundario los veteranos de Witchfynde inyectaban la última dosis de NWOBHM, quienes dieron clase magistral de cómo se hace música en vivo, una banda demostrando profesionalismo al interpretar su set con todas las piezas funcionando como reloj, como se notan los años de experiencia en el rubro.

Ya cerrando las presentaciones de las bandas que formaron parte de la NWOBHM, hay que agradecer a la organización de Metaldays por incluirlas ya en más de una edición, quien está a la cabeza de ésto si que sabe de música y cómo no, esta movida es gran influencia para bandas más contemporáneas.

Los encargados de cerrar el festival en el escenario secundario, fueron los thrasheros Californianos de “Death Angel”, quienes armaron su set principalmente con canciones de sus dos últimos álbumes, “The Evil Divide” y “The Dream Calls for Blood”, y que a pesar de dejar de lado un poco las canciones antiguas, lograron que a la audiencia le volviera el alma al cuerpo tras 5 días de cerveza, metal y parranda. Indudablemente, tras finalizar esta presentación nos quedamos con la sensación de no querer que Metaldays finalizara.

Últimas Palabras.

Con respecto a los conciertos, no vi muchas bandas principalmente por gustos personales y porque éste y otros festivales hay que vivirlos no solo por la música,  sino que también por las distintas actividades adicionales que ofrece cada evento. Tormentas, cancelaciones y elecciones personales me hicieron pasar más en el escenario secundario que en el principal, lo que me deja muy contento ya que hay sombra todo el día y la atmósfera de intimidad con los artistas durante los shows, no se iguala fácilmente en otros eventos.

Con respecto a la organización, muy bien que hayan agregado más duchas en el sector del campamento cercano a los escenarios, eso sí en desmedro de los que acampaban en sectores más lejanos.

Lo que empeoró con respecto al año anterior, fue el cambio de los sanitarios “premium” por unos dignos de cárcel, los que consistían en un agujero en el piso donde había que depositar la basura intestinal, solo aptos para medallistas olímpicos en tiro al blanco. Al verlos por primera vez, decidí que los sanitarios químicos serían quienes recibieran mis desechos durante el festival, los cuales se aseaban a primera hora cada mañana, horario en el cual estaban bien para ocuparlos.

Con respecto al depósito por vaso, por ese euro que nos cobran podrían entregarnos unos de mejor material (como los de Wacken por ejemplo). Los que actualmente entregan al comprar algún brebaje dentro del área de conciertos y en la playa, se destruyen ante el más mínimo maltrato. Sin duda un punto a mejorar por los responsables de Metaldays.

¿Me he planteado volver el próximo año? Sin duda, la relajada atmósfera veraniega y familiar que ofrece no solo el recinto donde se lleva a cabo, sino que también sus alrededores, hacen que la semana que dura el evento sean verdaderas vacaciones comparándolo con otras experiencias que hay que prepararlas como si fuesen duras batallas (algunos sabrán de qué hablo).

 Texto: Cristian Cisternas